MENDOZA.- La AFA ya no sabe qué inventar para frenar la violencia en el fútbol, y los jugadores tampoco aportan mucho a la causa. Por caso, los de Boca y Godoy Cruz se trenzaron a golpes luego del partido en que igualaron 2 a 2 en Mendoza, y que fue dirigido por el árbitro tucumano Pedro Argañaraz. Como para darle un broche aún más lamentable, algunos jugadores continuaron la pelea en el vestuario y los enfrentamientos se contagiaron en las tribunas. Una imagen vergonzosa.

Antes de que se desatara el escándalo, existió un partido. Que, dicho sea de paso, Boca empezó ganando con el sexto gol consecutivo de Emmanuel Gigliotti, otra vez por lejos el hombre más peligroso del "xeneize". Pero el "tomba" jugó, insistió y logró darlo vuelta, merecidamente, con tantos de José Fernández y Mauro Óbolo.

No hubo mayores sobresaltos para los mendocinos hasta cerca del final, cuando la expulsión de Lértora y el penal de Achucarro a Martínez en tiempo cumplido le dejaron servido el empate a Boca. Lo curioso: con Riquelme en cancha, el ejecutor fue "Chiqui" Pérez.

Ya desde entonces, el siempre sobrio Martín Palermo intentó calmar a sus jugadores, enervados por los fallos del juez tucumano sobre el final. Pero la semilla de la bronca ya había germinado, y apenas se marcó el final, se desató la hecatombe, dentro y fuera de la cancha.

Mientras por un lado se trataba de calmar las aguas, por el otro Pablo Ledesma desafiaba a José San Román a guantear en la zona de vestuarios, fuera del ojo público. Pero las cámaras llegaron, y reflejaron otra triste postal de un fútbol cada vez más enfermo de violencia.

Ante el bochorno, Palermo pidió más calma
MENDOZA.- Ofuscado, nervioso, mirando para todos lados y con los ojos bien abiertos. Así capturó la televisión a Martín Palermo, técnico de Godoy Cruz, luego del empate de su equipo ante Boca.

No hubo tiempo para que hablara en el campo de juego. Como todos, jugadores, cuerpo técnico, periodistas y fuerzas de seguridad, Palermo se concentró en descargar y, al mismo tiempo, contener las corridas. El ex jugador se ocupó de lo que sucedía en las zonas bajas con los jueces de línea. "Hay que tener un poquito más de tranquilidad y cabeza porque sino generamos que esto se traslade afuera", hizo un llamado de atención Palermo.

Mientras tanto, la causalidad descripta por el ex goleador se hacía realidad. Mientras Palermo hablaba, en la tribuna de Godoy Cruz varios simpatizantes se trenzaban a golpes.

Con respecto al arbitraje de Pedro Argañaraz, "El Titán" tuvo dudas. "Si me cobran el penal de (Mauro) Óbolo en el primer tiempo, luego ellos van a pedir el penal de (Franco) Cángele. No sé si fue penal el de (David) Achucarro, pero ya está", concluyó en referencia a la sanción que sobre la hora le permitió a Boca obtener de penal el empate. (DyN-Especial)